Fue como una crisis de los 40, pero a los 15 años

La vida de rutina no era suficiente para Elena, así que agarró su mochila y emprendió un viaje de casi 6 años en busca de su destino. Ella nos cuenta cómo su espíritu aventurero le ha merecido una comunidad de casi 15 mil seguidores y cómo ha logrado vencer los temores que supone exponer parte de su vida en las redes sociales.

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Todo comenzó con un viaje de intercambio al Reino Unido a los 15 años. Cuando me di cuenta de que a esa edad podía hacer una vida en otro lugar diferente a mi hogar, con otro idioma y otras costumbres, yo dije: ¡esto me gusta!. De repente, la rutina a la que estaba acostumbrada ya no era suficiente para mí; el haber salido de mi zona de confort me abrió los ojos ¡y yo quería ver el mundo!.

Seis meses después de terminar la universidad me fui a Nueva York. Hacía muchísimo frío porque era en enero pero eso no importaba, cuando llegué allí y pisé Town Square ¡sentí una felicidad enorme!, solo podía pensar: ¡somos tan pequeños es este mundo tan grande!. Me fascinó Nueva York y sus rascacielos, la gente, todo me encantó desde el primer momento. Sabía que había empezado una etapa que me gustaría mucho y que sería difícil, pero tenía claro que los buenos momentos valdrían más.

Aunque inicialmente quería agarrar una mochila y viajar a Manhattan a ver lo que me daba la vida, mis padres me aconsejaron buscar una opción de visa que me permitiera trabajar de forma legal y así es como encontré la opción de viajar como Au Pair.

Fue una experiencia dura porque obviamente tuve que adaptarme a un hogar y una familia que no era la mía y además estaba a cargo de los niños, entonces atravesé momentos difíciles tanto con ellos, como conmigo misma. Lloré, lloré en varias ocasiones pero mis padres y mis amigos siempre estuvieron ahí apoyándome y animándome. Por otro lado, también fue muy enriquecedora porque me permitió conocerme mejor como persona y crecer tanto a nivel personal como emocional.

Tenía miedo a la crítica

En realidad mi intención no era hacerme influencer, de hecho, tenía un poco de temor a que la gente me criticara o me juzgara, pero ese miedo se esfumó cuando me di cuenta de que compartiendo mis experiencias podía ayudar a muchas personas. Fue así como hice mi primer video para YouTube.

Con el tiempo, mi audiencia creció. Inicialmente compartí información sobre ser Au Pair en un país extranjero porque mucha gente me preguntaba sobre esto, pero en la actualidad me gusta publicar sobre mis experiencias de viaje en Instagram.

Por suerte nunca nadie me ha dicho nada desagradable, aunque es complicado porque a la final me estoy exponiendo, estoy publicando mis fotos y compartiendo parte de mi vida a través de redes sociales, así que esto requiere de mucha seguridad. Poco a poco me he quitado ese miedo pues pienso que igual la gente siempre va a juzgar lo que yo haga, así que la opinión de los demás o el miedo a sus críticas no me pueden condicionar tanto, como para dejar hacer las cosas que realmente me gustan.

Recuerdo que durante una sesión de fotos para mi contenido en Instagram, un grupo de personas me observaban con un poco de burla. Después de un tiempo, una de estas personas creó su propia empresa y me pidió que promocionara sus productos, ahí me dí cuenta de que si bien había pasado un mal rato en su momento, eso no me detuvo y a la final, una de estas personas terminó cambiando de opinión.

Es cierto que las redes sociales son un arma de doble filo. Claramente tienen sus cosas malas pero también creo que pueden lograr un cambio positivo en la gente y en la sociedad. Hace falta ver por ejemplo cómo han crecido las redes de apoyo entre mujeres, cómo se ha fomentado esa concepción más inclusiva y positiva de la belleza y el cuerpo, la manera en que se promueven acciones para el cuidado del medio ambiente y se comparte cualquier clase de conocimiento. Así mismo, personas con problemas encuentran redes de apoyo y motivación que les ayudan a superar momentos difíciles.

Mi American Dream

Viví por 6 años en los Estados Unidos y durante este tiempo tuve que transferir dinero desde mi cuenta en España de manera frecuente, es así como conocí Wise por recomendación de una amiga ¡y fue como descubrir el santo grial!. Busqué toda la información en la web, leí mucho y encontré que todo estaba muy bien explicado, eso me transmitió mucha seguridad.

La verdad es que considero que las herramientas como Wise son imprescindibles para quienes vivimos en el exterior porque ayudan a tener tranquilidad financiera, lo que permite que uno disfrute más de cada viaje al poner las preocupaciones, energía y tiempo en las cosas que realmente valen la pena.

Mucho más ahora que he comenzado un proyecto que me va a permitir viajar y tener esa vida de nómada digital que siempre había querido. No solo supe que esta era mi pasión, también me di cuenta de que esto era lo que yo había perseguido hasta entonces con ese afán de viajar y salir de mi zona de confort desde los 15 años, mi American Dream.

Yo tenía muchas inseguridades, pensaba que no era lo suficientemente buena para hacer algunas cosas, para emprender o para tomar fotos y exponerme en redes sociales, pero todas estas experiencias de viaje me enseñaron a confiar más en mí, a creer más en mí y me hicieron más fuerte.

Hoy en día miro hacia atrás y veo por todo lo que he tenido que pasar y lo que he sufrido, pero también todo lo que he crecido; todas las cosas que he tenido que vivir, tanto buenas como malas, me han hecho evolucionar, así que lo ha merecido la pena todo, tanto lo malo como lo bueno.

Por Natalia Romero, exclusivo para Wise. Fotografía de Debora Olalla y Emílio de Juan.

Puedes seguir a Elena en @elenadejuan