Me siento tanto brasileño como español

Se dice que los amigos son la familia que uno escoge y esto cobra especial significado cuando eres inmigrante. Israel, un ciudadano del mundo, nos cuenta su historia y nos habla de la importancia de valorar a quienes se mantienen cerca cuando haces una vida lejos de casa.

Wise es una nueva forma de administrar tu dinero en el exterior por una fracción del precio de un banco o PayPal. En nuestra serie Vidas Sin Fronteras, hablamos con personas cuyas carreras y estilos de vida han trascendido fronteras.

Cuando eres inmigrante, una de las cosas que más te llena el corazón es que un desconocido te abra las puertas de su casa. Empezar algo siempre es difícil, aún más cuando las condiciones no están a tu favor, entonces llegar al hogar de personas que recién conoces, que te abracen, que te den su confianza y que te ayuden sin pedir nada a cambio, no tiene precio.

Yo diría que lo más gratificante de la vida de inmigrante, son las personas que se han cruzado en mi vida. Tengo grandes amistades en muchas partes que me han ayudado de innumerables maneras y todas esas personas maravillosas que han estado ahí, en los momentos más difíciles, solo demuestran que aunque tuve que dejar una familia en Brasil, encontré una en España.

Sé muy bien lo que es llegar a un sitio donde no conoces a nadie, es una aventura empezar a descubrir quién te quiere ayudar y quién no, así que es difícil explicar lo que se siente cuando alguien que no lleva tu sangre, te trata como si fueras familia, pero este tipo de experiencias nos enseñaron a hacer lo mismo con otros inmigrantes. No fue fácil, pero pudimos dar lo mismo que recibimos.

Buscando un mejor futuro

Puedo decir que soy tanto brasileño como español porque aunque nací en Brasil, en España hice mi vida. Cuando tenía 4 años, mi padre salió de Brasil en busca de mejores oportunidades y en esa época, yo no era muy consciente de lo que era migrar a otro país, pero cuando fui creciendo, comencé a entender que, si bien trae muchas cosas buenas, el precio que se paga es alto porque como buenos latinos, amamos a nuestras familias con locura, entonces es lo que más duele dejar.

Llegamos justo en la época en la que España comenzó a invertir mucho dinero en la construcción. En esa entonces, era un negocio bastante rentable y nosotros pudimos sacar el máximo provecho de esto, pero al mismo tiempo, pensábamos que no era normal y que no duraría toda la vida, así que ahorramos cuanto pudimos para asegurar una estabilidad.

Y así fue, todo se vino al suelo y España la pasó muy mal, al igual que todos los inmigrantes que se dedicaban a esto. Lo triste fue que, cuando la situación estaba bien, los migrantes éramos bienvenidos, es más, éramos necesitados, pero en cuanto las cosas se pusieron mal, se escuchaban frases como: “oye, por qué no te vas a tu país, estás ocupando el sitio de otro de aquí”.

Amo España, es mi casa, pero tuve que vivir situaciones difíciles y en algunas ocasiones humillantes, sin embargo, procuro memorizar los mejores momentos que viví en este país y hasta me duele un poco haber tenido que salir de allí.

Llevo ya 4 años viviendo en Dinamarca. Muchos se preguntan ¿qué hace un brasileño, criado en España, viviendo en Dinamarca? y sí, la verdad es que este ha sido un cambio fuera de lo normal, pero es muy importante pensar en el futuro y eso es lo que me ha traído hasta aquí.

Al principio casi me vuelvo loco porque todo es muy diferente, la cultura de los países nórdicos es muy fuerte, son muy meticulosos. Tampoco es tan difícil acostumbrarse, solo que yo venía de vivir en países donde no todo es tan estricto. En Dinamarca la vida es muy tranquila porque todo lo hacen con mucha precisión y hoy en día no solo lo entiendo, lo admiro porque veo que funciona.

Sin embargo, para mi esposa no fue fácil salir de Brasil directo para Dinamarca, no solo por el hecho de tener que separarse de su familia, sino porque fue obligada a salir de su zona de confort. Aprender a hablar otro idioma, enfrentarse a una cultura totalmente diferente, todo eso asusta muchísimo. Ella se pregunta cómo hago yo para llevar esto con normalidad, pero eso es lo que la vida de inmigrante me ha enseñado. En ocasiones tenemos que tomar nuestras decisiones y a veces las mejores son las más complicadas, las que más nos cuestan, pero al final valen la pena.

Los amigos son muy importantes

Son los momentos difíciles los que han convertido a mis amigos en parte de mi familia y puede que no estemos cerca, pero sé que siempre puedo contar con ellos. Hemos terminado cada uno en un país distinto, pero nos mantenemos en contacto y nos apoyamos de muchas maneras. Una de ellas es compartiendo entre nosotros alternativas que nos permitan sacar el mayor provecho a nuestros ahorros cuando los enviamos de vuelta a nuestros países.

Una amiga me habló de Wise y al principio, sentía un poco de desconfianza. No era fácil para mí pensar en usar una aplicación para enviar mi dinero cuando estaba acostumbrado a ir a una sucursal a realizar mis transferencias en persona, aunque la verdad es que dolía un poco pagar la comisión.

Finalmente decidí probar con una cantidad muy pequeña y no podía creer que además de barato, la transferencia llegó muy rápido. Hoy hago mis transferencias en dos segundos y me acuesto tranquilo porque sé que al día siguiente, mi padre me confirma que la ha recibido, aunque ya no hace falta porque yo ya confío.

Wise es mi mano derecha hoy en día. Trabajo duro, hago mi parte y la segunda parte la hace Wise porque me ayuda a llevar a mi familia lo que más necesita. Se ha convertido en parte fundamental de nuestros proyectos, de nuestra vida y gracias a esta ayuda, tenemos la esperanza de construir un futuro mejor.

Puedo decir con certeza que gracias a Wise, se hacen realidad muchos sueños y por consiguiente, no me puedo quedar callado. Hago todo lo posible por compartir mi experiencia con más personas para que la gente los conozca, confíe en la plataforma y se unan a esta gran familia.

Por Natalia Romero, exclusivo para Wise. Fotografía por Stephanie Stoddard Cortés.