Cuando vuelves de un viaje, ves tu entorno con otros ojos

Carla Helmbrecht no solo descubre inspiración en nuevas culturas, encuentra familia en cada destino. Ella nos cuenta cómo su pasión por la fotografía y su amor por la arquitectura la han llevado a recorrer el mundo, plasmando fragmentos emocionales de su experiencia personal en cada retrato.

Wise es una nueva manera de administrar tu dinero en el exterior, por una fracción del precio de un banco o PayPal. En nuestra serie Vidas Sin Fronteras, hablamos con personas cuyas carreras y estilos de vida han trascendido fronteras.

Momentos que perduran en el tiempo

Desde muy pequeña uno de mis sueños era conocer África, así que cuando cumplí 15 años, cambié el típico viaje a Disney por un viaje de 17 días y junto con mi padre, recorrimos varios países de la parte sur del continente. Durante esas dos semanas, tuvimos la oportunidad de hacer safaris y ver la naturaleza, pero también de recorrer las ciudades y de conocer la vida urbana.

Los días en Okavango, Botsuana son los que recuerdo con más cariño, pues la encargada del lugar era una mujer muy amable que después de cenar, siempre se quedaba hablando con nosotros y contándonos las historias de su país. El último día antes de despedirnos, se acercó a mí y me regaló una foto de un pajarito rojo que conservo hasta el día de hoy.

Vivir esta experiencia fue muy especial para mí y quería tener algo que me recordara ese momento para siempre.

Descubrí que a través de las imágenes los momentos pueden perdurar en el tiempo, entonces, comencé a hacer un registro fotográfico del viaje, un diario visual, y ahí es cuando la fotografía se convierte en una de las cosas que más me apasiona.

Recuerdo por ejemplo, cuando mi abuelo estaba en sus últimos días y yo fui a visitarlo al hospital. Ese día yo le llevé una fotografía de mi abuela y aunque él ya no podía hablar, me hizo un gesto muy emotivo, con su mirada, me expresó lo mucho que significaba esa imagen para él y lo importante que era tenerla presente en ese momento. Hay sentimientos que tal vez sean difíciles de expresar con palabras, pero el poder que tienen las imágenes para transmitir sensaciones es invaluable.

Encontrarnos con cosas que no imaginamos

A pesar de mi amor por la fotografía siempre tuve muchos intereses, así que decidí estudiar arquitectura. En paralelo a mi carrera universitaria sigo haciendo cosas que tienen que ver con la fotografía; asisto a talleres, colectivos y festivales de fotografía alrededor del mundo en cuanto tengo la oportunidad, de hecho, conocí Wise cuando tuve la necesidad de pagar por un festival que se llevó a cabo en Valdivia, Chile. Es complicado cuando tienes que pagar por este tipo de cosas en otra moneda, entonces por recomendación de un amigo decidí intentarlo y todo resultó muy fácil.

Recientemente he participado en los festivales de fotografía de Chile y Argentina. Sin embargo, haciendo registro de arquitectura tuve la oportunidad de viajar a Japón el cual ha sido sin duda, el viaje más impactante a nivel cultural.

Para empezar, fue todo un reto intentar trasladarme por una ciudad completamente diferente a las que uno suele conocer, las calles no tienen nombre y no hay un “centro” desde donde se desprenden los demás sectores. Todo puede resultar contradictorio pero en medio de la contradicción, hay armonía.

Un día me perdí de regreso al hotel. Me acerqué a una persona en la calle y le pedí ayuda usando señas; ella me intentó mostrar cómo podría llegar pero yo en realidad no entendía nada, así que ella y sus padres me acompañaron hasta el hotel. Yo pensé que a lo mejor ellos iban para la misma zona pero cuando me di vuelta, noto que más bien ellos iban en la dirección contraria, solo que decidieron asegurarse de que yo llegara a salvo a mi destino.

Definitivamente lo más impactante de esta experiencia fue el respeto que se tienen unos a otros y la manera en que se cuidan entre todos, incluso a los turistas.

Otra de las cosas que me impresionó fue la manera tan diferente en la que se expresan los afectos y las emociones. Al final de nuestro viaje decidimos hacerle un regalo a nuestra guía cuando se lo entregamos, ella no sabía cómo reaccionar; luego me explicó que fue tan grato para ella que tuvo una emoción muy fuerte, pero no supo cómo expresarla. En nuestra cultura latinoamericana, uno se acostumbra a demostrar sus emociones abiertamente pero para los japoneses es diferente.

En todas partes encuentras familia

Aún conservo la amistad de aquella compañera de colegio que me ayudó a adaptarme a una cultura completamente diferente, cuando tuve que vivir en Alemania por un año sin saber nada del idioma. También siento mucho cariño por la familia atenta y acogedora que me recibió durante un intercambio de 4 meses en Nueva Zelanda. Definitivamente sin importar las diferencias culturales, la calidad humana se encuentra en cualquier parte del mundo.

Precisamente creo que Wise es una herramienta que te ayuda a tener más experiencias en diferentes lugares, pero sobre todo, a que puedas disfrutar mucho más de esas experiencias sin tener que pasar por todas las dificultades que supone manejar tu dinero cuando estás en otra parte del mundo. Wise hace que sea normal el hecho de que estés viajando constantemente de un lado a otro, administrando tu dinero como lo harías en tu país, entonces en vez de preocuparte por dinero, podrías estar planeando tu próximo viaje.

Siempre trato de llevarme lo mejor de los viajes, como esos gestos de la gente, la calidez y la calidad humana, no importa qué idioma hables, dónde estés o por cuánto tiempo. Cuando uno vuelve de un viaje, ve su entorno con otros ojos porque cada viaje de alguna manera termina siendo enriquecedor, ya sea por las experiencias que vives o por las personas que conoces.

Por Natalia Romero, exclusivo para Wise. Fotografía de Jo Berrojalbiz y Carla Helmbrecht.

Conoce más sobre el trabajo de Carla en su página web.